El octavo número de la revista Miasma nos ofrece una muestra lo bastante representativa de las principales corrientes del género fantástico. Encontramos un poco de todo, fantasía, ciencia-ficción y obviamente relatos de terror sobrenatural, la insignia de la revista.
El cuento más elaborado es sin duda "La profecía del poeta inglés" de Ignacio Guerrero. Se trata de una investigación de un misterio que rodea a unos manuscritos perdidos y que es llevada de forma más que correcta bajo el punto de vista del protagonista-narrador en primera persona pero también en tercera persona cuando al autor lo encuentra apropiado. No es que resulte original (a estas alturas las historias proféticas sobre el advenimiento del anticristo están muy vistas) pero Guerrero tiene bastante habilidad como para narrarnos una historia convincente.
La mejor prosa es para una historia breve de Santiago Eximeno. A estas alturas a uno no le tendría que extrañar que este autor exponga sus ideas con semejante fluidez y estilo. La historia de "Grial" tampoco resulta muy innovadora, pero se deja leer con placer y consigue mantenernos atentos. Sencilla y efectiva. Un cuento fantástico en torno a los secretos que podemos encontrar en un espectáculo de feria que contiene reliquias sagradas.
Paradójicamente con "El Muro" me he divertido bastante. Un relato divertido y entretenido entorno a una batalla contra unos bárbaros. Está tratado desde un punto de vista humorístico, incluso me atrevería a decir que me ha recordado el estilo irónico de Pratchett (y no sólo por los pies de página). En definitiva un relato ameno que se fija mucho con los personajes y que sólo peca de parecer un capítulo dentro de una historia más amplía.
El cuento más original recae en "El primogénito o la cepa humana". En este relato nos adentraremos en los conflictos morales de un juez/ejecutor que promulga el genocidio en una serie de especies si durante el "juicio" se detecta que alguna lleva el gen de una raza considerada como la portadora del mal: La Humana. La historia está bastante bien planteada pero resulta poco fluida, a menudo hay que releer algún párrafo para entender bien la situación que nos propone el autor. Tiene un final digno pero el estilo, como decía, necesita pulirse más.
"La rendición", un cuento en primera persona con aires Lovecraftianos, nos habla sobre la muerte y la desesperación en que se encuentra un polizón al llegar a un pueblo pescador donde ha desaparecido la gente. Me ha faltado algo más para que me enganchara.
Finalmente también tenemos un cuento que no responde a las expectativas de su magnífico título, "Andad de día que la noche se mía". Diálogos forzados y poco creíbles. Una historia de fantasmas sin que tenga una explicación clara del porqué de todo. Es un cuento bastante extenso para que el autor pueda soltarse y narrarnos una buena historia sobrenatural, pero me ha parecido un poco demasiado poco tangible, quizás me haría falta una segunda lectura para entender bien lo que nos propone el autor (cosa que ya me pasó con otro cuento suyo, "Cama Dragón").
Este número 8 de Miasma también incluye un fragmento más del particular homenaje que Óscar Mariscal hace a Lovecraft con "Lovecraft y la Buhardilla enbrujada" y también una poesía, "El Abuelo", escrita por Jorge Chípuli (siento decir que suelo hacer comentarios sobre las poesías, para mí son un género literario muy ajeno)
En la parte final podremos leer un micro-relato que quedó en segunda posición del Concurs de Micro-Relats de Terror i Gore de Molins de Rei (el primero y el tercer premio, escritos en catalán, se pueden encontrar a la Miasma 3 en su edición en catalán). Un cuento que apuesta por el absurdo y los círculos viciosos. Bastante bien.
Eloi Puig, 29/01/08
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